sábado, 9 de agosto de 2008

AÑO 5122 DE LA ERA MAYA


Recordemos como Los Mayas nos cuentan La Creación,
según el Popol Vuh

Por Adolfo Carrillo Aguirre


Hoy en este año 5122 ( en el día 13 del mes de agosto del 2008 ) de la cuenta Maya, se agolpa en mi mente los recuerdos de mi estancia en las tierras del Mayab, por aquellos años de 1979-1981, en los cuales tuve la fortuna de tomar contacto con la misteriosa, profunda y mágica cultura de los Mayas.

Bajo ese influjo de tan significativos recuerdos, les hago extensiva una respetuosa invitación para que conmemoremos un aniversario más de “la creación del mundo” a que hacen referencia ese pueblo grandioso: los Mayas.

Siempre es necesario revivir nuestra memoria personal, más aun si nuestros recuerdos personales deben tocar la memoria de nuestros ancestros, la de nuestras tradiciones más antiguas repletas de profundas significaciones, como la de los Mayas. Bueno, empecemos a rememorar la Cosmovisión Maya, según nos lo dice esa tradición.

La creación según textos hallados en la ciudad de Cobá, tuvo lugar el día 4 ahau 8 kumk'ú, que en nuestro calendario equivale al día 13 de agosto de 3114 A.C.

Cebe señalar que esa inmensidad de conocimientos de la tradición Maya se encuentra contenida de manera importante en sus libros sagrados, entre los cuales sobresale el POPOL VUH. Sin embargo es imposible efectuar un análisis exhaustivo tan siquiera de ese texto sagrado, en una colaboración como la que nos ocupa. Por ello, nuestras referencias y comentarios se centraran -por ahora- en los apartados relativos a la creación del mundo y la formación del hombre a que hacen relación las narraciones del libro sagrado en comento. Libro que para algunos estudiosos es considerada la “Biblia Americana”. Se señala que esa denominación significa: “Popol: reunión, comunidad, casa común, junta. Vuh: Libro, papel, árbol de cuya corteza se hacia el papel”.

Cabe señalar que el presente ejercicio de interpretación será un respetuoso y humilde intento de búsqueda para obtener algunas respuestas a las siguientes interrogantes.

¿Mediante el conocimiento de los libros sagrados de nuestra tradición antigua, se podrá lograr una nueva conciencia que venga a sentar bases, que permitan el reconocimiento de los vínculos que nos unen con la naturaleza, con el cosmos, con todo lo existente?

¿Serán esas narraciones, mediante las cuales podamos abrir puertas que nos permitan luchar contra el materialismo, que nos separa del otro, del prójimo e incluso de nosotros mismos?.

¿Acaso encontraremos explicaciones de nuestro intimo ser nacional, de nuestra vinculación común a la humanidad toda, si buscamos en sus intimas palabras, las respuestas que sacien la sed de conocimiento que venga a explicar nuestros orígenes; podremos ver que los hechos referidos en esas narraciones laten y viven en el alma nacional?

¿Y si nos asomamos en sus postulados, estas son aceptadas de manera general por los mexicanos?.

Y ¿Acaso en ese territorio del sureste, nosotros los mestizos encontramos historias y creencias que reconozcamos como propias?.

Bueno, caminemos en la búsqueda de respuestas.

Como ya podemos apreciar, estimado lector; en nuestro ejercicio de interpretación, al abordar el tema que nos ocupa, será un territorio erizado de preguntas. El escudriñar en el pasado de los Mayas implica una reproducción interminable de cuestiones; el planteamiento de unas dará el nacimiento a otras, reproduciéndose de manera constante, en tanto que la tradición maya está dotada de una profundidad y fuerza espiritual que solo esa civilización rodeada de misterios podría transmitir y construir.

En esta colaboración, damos por sentado que algunas de las interrogantes planteadas podrán quedar pendientes, para posteriores análisis y reflexión. Por otra parte, damos por hecho que solo conocemos de manera muy general aspectos que tienen que ver con la civilización maya, como seria; la región y el área geográfica donde se desarrollo; su arquitectura; su calendario; sus profecías; sus encantamientos; su hechicería.

Es de destacar que su particular visión del mundo, fue completada por otros libros, en donde encontramos plasmada su religión, sus mitos cosmogónicos, sus costumbres, su literatura, su herencia mística prehispánica, su ritualidad del amor y la muerte. Dentro de esos libros cabe mencionar las memorias de Solalá (De los Kakchikueles), así como los diversos libros del Chilam Balam, el Códice Calkini y los cantares de Dzitbalché.

Pero cabe aclarar que solo vamos a realizar una mera aproximación analítica del Popol Vuh, a través de la versión divulgada por Adrián Recinos, para resaltar sus valores filosóficos, religiosos y poéticos, contenidos en esa su cosmovisión, y mediante la cual podremos descubrir algunos misterios que nos permitan proyectarlos en la vida contemporánea para beneficio de nuestra sociedad contemporánea.

Trataremos de averiguar si esa su cosmovisión es aceptada y compartida. Y trataremos de encontrar -con nuestra limitada percepción-, si esa visión nos brinda fortaleza en cuanto a identidad se refiere.

Buscaremos descubrir en ese texto sagrado, conocimientos que nos sirvan de luz, de faro conductor en nuestra navegación por la vida; ayudándonos a despejar la niebla que nos impide ver de otra manera, -muchas veces de manera inconciente- la realidad que hemos construido en esta modernidad.

Consideramos que abrevar en las narraciones que describen la formación de nuestro mundo y la creación del hombre, nos preemitirá comentar nuestras percepciones sobre el grado de vigencia, conocimiento y aceptación de su cosmovisión y tradiciones, en lo referente a la creación del mundo y a la formación del hombre, por parte de los progenitores señalados por la sagrada mitología Maya. Ello es necesario en tanto que las tradiciones de los pueblos indígenas como es la Maya, constituyen las vertientes autóctonas y fundacionales de nuestra nacionalidad: sin dejar de reconocer que en su devenir ha incorporado nuevas visiones del mundo, fundamentalmente religiosas, como la cristiana, lo cual ha dado origen a nuestro mestizaje religioso y espiritual. No podemos desconocer que nuestra raíz es poli cultural y multiétnica.

Así, intentaremos concluir, si mediante la referencia y comentarios de los relatos míticos del pueblo Maya, en los que respecta a la creación del mundo y el origen de la humanidad, nos proporciona una posibilidad espiritual de reconocernos en sus relatos. Al analizar las narraciones del Popol Vuh, encontraremos no solo una explicación del origen de la vida (mitos cosmogónicos) y de la humanidad (antropogénicos), mediante lo cual sabremos de donde venimos, sino sus enfoques morales, filosóficos, políticos y económicos de sus realidad. En este último caso, en algunas colaboraciones posteriores, comentaremos si todavía se vislumbra en nuestro camino actual; si todavía persiste algún resabio de aquella su sabiduría; sí, como colectividad, hemos incorporado algunos de sus instituciones en nuestras organizaciones culturales, sociales, económicas, religiosas y políticas modernas.

En Rosales, Chihuahua, México, a 11 de agosto de 2008.